“TRES GRANDES PROPÓSITOS DEL ARREBATAMIENTO”
el arrebatamiento de la iglesia • Sermon • Submitted • Presented
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· 14,601 viewseste es un estudio que aborda los tres grandes propósitos de Arrebatamiento.
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“TRES GRANDES PROPÓSITOS DEL ARREBATAMIENTO”
“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” Apocalipsis 22:17.
La profecía en la biblia
Con los eventos que se están desarrollando en nuestro mundo hoy, la gente quiere saber más acerca de la profecía bíblica, especialmente la secuencia de los muchos eventos importantes que las Escrituras dicen que ocurrirán durante los últimos tiempos. ¿Sabías que aproximadamente el 27 por ciento de toda la Biblia contiene material profético? La mitad de eso ya se ha hecho realidad; queda la mitad por cumplir. Eso significa que de los 31.124 versículos de la Biblia, 8.352 contienen material profético. Además, 1.800 versículos de la Biblia tratan de la segunda venida de Jesucristo. En el Nuevo Testamento, aproximadamente 1 de cada 25 versículos se refiere a la segunda venida. ¿Alguien se atrevería a decirle a Dios que lo que Él escribió en las Escrituras no tiene valor, no es importante y no debe estudiarse? De hecho, Dios se jacta de que Sus declaraciones proféticas son prueba de que Él existe. Yo soy Dios, y no hay otro; Yo soy Dios, y no hay nadie como yo. Doy a conocer el fin desde el principio, desde la antigüedad, lo que está por venir. Digo: “Mi propósito se mantendrá, y haré todo lo que me plazca”... Lo que he dicho, eso haré; lo que he planeado, eso haré (Isaías 46:9-11 NVI). En Marcos 13:23, Jesús dijo: “Estén alerta; Os lo he dicho todo antes de tiempo” (NVI). También dijo: “Os lo digo ahora antes de que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy el que soy [es decir, Dios]” (Juan 13:19 NVI). Las declaraciones proféticas en la Biblia prueban que Dios existe y que Jesús es Dios. Están allí para advertir a los que no tienen a Cristo y consolar a los que han creído en Él. No hay nada más alentador en lo que concentrarse durante estos días difíciles que darse cuenta de que tenemos un Dios que nos ama y que tiene un futuro fabuloso esperando a quienes lo aman. En una oportunidad entrevistaron al Dr. John Walvoord, un gran teólogo escatológico, antes de morir, y le preguntaron: "¿Por qué él había dedicado toda su vida a hablar sobre el rapto?" Él dijo: “No hay nada mejor en lo que pueda pensar que despertarme y estar en la presencia de mi Señor y poder verlo tal como es”. Que este puede ser nuestro anhelo desde que despertamos cada día, hasta que nos dormimos. El de ver a nuestro Señor un día cara a cara tal y como él es. Aleluya.
El evento más importante que anuncia es el retorno del Señor Jesucristo por su santa iglesia, es decir el rapto, el evento más cercano: “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca”. Todo cristiano verdadero sabe perfectamente que estamos en el tiempo del fin y que en cualquier momento podría producirse este glorioso evento.
El gran clamor del Espíritu Santo y de la santa iglesia
Tanto el Espíritu del Señor como la iglesia de Cristo hacen una profunda invitación a Jesucristo para que regrese a buscar pronto a su pueblo, es una exclamación de lo más profundo del alma y del corazón, aun en el Padre nuestro enseñado por Jesús como modelo de la oración, existe ese clamor “venga tu reino…” Mateo 6:10. El arrebatamiento de la iglesia al cielo es viva esperanza de todo cristiano y es el evento culmine de toda la profecía bíblica (Tito 2:13, Apocalipsis 22:20). Los cristianos debemos creer, esperar, predicar y amar su venida, no podemos experimentar o tener miedo o indiferencia a esa gran promesa (2°. Timoteo 4:8).
Hermano amado, este asunto —de gran solemnidad por lo que implica— ¿es una viva realidad para ti? Si lamentablemente no es así, quiera el Espíritu Santo valerse de estas breves palabras para despertar tu alma, para sacudir tu indiferencia o tu sopor espiritual, no sea que viniendo el Señor Jesús de repente como dijo el maestro, ¡“os halle durmiendo”! (Marcos 13:36).
Tres grandes propósitos del retorno de Cristo
El rapto es para librar a la iglesia de Cristo de la gran tribulación= La principal razón del arrebatamiento de la iglesia por parte de Cristo, al sacarla de aquí y llevarla al cielo, es para librarla del horrendo periodo de la gran tribulación que durará siete largos años sobre la tierra, es decir de ninguna manera la iglesia pasará por la gran Tribulación. En los terribles y desastrosos días de la tribulación la iglesia de Cristo estará en la casa del padre con Dios gozando de todas las maravillas del cielo: “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” (Mateo 24:40-42, Juan 14:1-3, Romanos 5:9, 1°. Tesalonicenses 1:10, Hebreos 9:28,Apocalipsis 3:10).
El rapto es para que la iglesia sea juzgada en el tribunal de Cristo= Entrando al cielo debemos indefectiblemente pasar por el juicio de Dios, la iglesia deberá ser juzgada por el Señor como lo señala Pedro: “Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?” 1°. Pedro 4:17. Cabe destacar que este juicio no será para condenación ni separación eterna de Dios, sino solo para evaluar nuestro trabajo en la tierra, es decir las obras cristianas y para recibir o perder los galardones un día, tarde o temprano, allí en la gloria eterna tendremos que estar delante del Eterno para rendir cuentas de los hicimos mientras estábamos en el cuerpo, sea bueno o sea malo, galardones (Eclesiastés 12:14, Marcos 4:22, Romanos 14:10, 1°. Corintios 4:1-5, 1°. Juan 4:17).
El diccionario Aristos define la palabra juicio:
“Opinión, dictamen, conocimiento de una causa cuando un juez a de sentenciar a alguien por cierta causa o cierta acción que haya tenido el individuo, la palabra juicio no es la misma palabra de condenación, juicio el que Dios hace al alma en el instante en que el alma se separa del cuerpo”.
Romanos 14:10-12.
“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí ”.
Otra cita: 2ª Corintios 5:10.
“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.”
Al leer estos dos versos, podemos notar que hay tres palabras que se repiten y son claves para entender esto: 1) comparecer 2) Tribunal de Cristo. 3) todos
Comparecer: este término en el griego original está escrito con la palabra “ PHANEROTHENAI”, de la raíz “PHANEROO” (5319-STRONG). La palabra “PHOS” = es “Luz”, por lo cual, “PHANEROO” es manifestar o hacer evidente a la Luz; iluminar; hacer visibles (Cf. 1ª Corintios 13:12: “Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido”.) Al usar el término “PHANEROO”, Pablo nos está hablando que en Aquel día, nuestra vida será EXPUESTA a la Luz. No cualquier luz, sino a la Luz de Cristo.
Tribunal de Cristo. La palabra en el griego es: “BEMATOS TOU CHRISTOU”. El término para Tribunal usado en griego es: “BÉMA” (968-STRONG). Esta palabra se traduce literalmente como: “ascender”; “subir al paso”. Pero en realidad está tomada en alusión a la plataforma alta, sobre la cual, los varios jueces de las diferentes competencias atléticas, se paraban cuando premiaban a los atletas vencedores.
Todos. “PANTAS” de la raíz “PAS” (3956-STRONG). Sin excepción, este adjetivo se traduce como: todo, todos, todas, siempre. Por lo que, si usted es creyente y llega a la Gloria de Dios, tendrá que pasar si o si por este Santo Tribuno.
Cuando hablamos entonces sobre el Tribunal de Cristo, hablamos de un solemne “juicio”, que es para los creyentes cuyos nombres se encuentren escritos en el libro de la Vida, y será para otorgar RECOMPENZAS. No es de juicio en castigar a los creyentes o para que pierdan su salvación. De hecho, al llegar allá, ya se es salvo. Lo que se recibirá es un premio por nuestro trabajo en la tierra:
“…De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.”
“…para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.”
2 de Corintios 5:10 dice que todo creyente debe enfrentar el juicio “según lo que haya hecho, sea bueno o malo”. Pero, ¿qué quiere decir Pablo con “bueno o malo”? ¿Cuáles son estos trabajos “malos”? La palabra malo es la palabra griega “PHAULOS”, que se refiere a “malo” en el sentido de inútil o de calidad inferior, no en el sentido de maldad. Son lo que podríamos llamar malas buenas obras. ¿Qué hace que estas cosas sean malas o inútiles? Se hicieron con el motivo equivocado (1 Corintios 4:5; Hebreos 4:13). Son cosas buenas en sí mismas, pero hechas por razones egoístas. Tales motivos no son dignos de recompensa, a pesar del bien que resulta de ellos. (Probablemente sean paralelos a la “madera, heno o hojarasca” en 1 Corintios 3:12.)
Encontramos descripciones de ese juicio en el siguiente pasaje: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (1 Corintios 3: 11-15).
El rapto es para celebrar en el cielo las bodas del cordero= Al final del periodo de la gran tribulación y mientras en la tierra Dios envía su terrible juicio sobre la gran ramera Babilonia (Apocalipsis 18:1- 10) se celebrarán en el cielo las llamadas bodas del cordero, que es sencillamente la unión mística de Cristo con su iglesia: “Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos” Apocalipsis 19:6-8. De las costumbres nupciales en tiempos de Cristo, los padres de la novia y del novio firmaban un contrato de matrimonio. Además, el novio mismo pagaría una dote (pago inicial) a sus padres. Tal proceso iniciaba el período de los esponsales, que hoy se llamaría el noviazgo o compromiso. Un ejemplo de esto fue en el que se encontraban José y María cuando se descubrió que María estaba con el niño Jesús en el vientre (Mateo 1:18; Lucas 2:5). El novio acompañado de sus amigos varones acudía a la casa de la novia a medianoche, creando un desfile de antorchas por las calles. Tal desfile no sería una sorpresa para la novia, ya que sabía con mucha anticipación que se estaba llevando a cabo un evento así, por lo que estaría lista con sus doncellas (Mateo 9:14, 25:10, Lucas 12:36, Juan 3:29).
Culminación
En esta crucial hora de la historia, el Dios Eterno y Todopoderoso está despertando a su amada iglesia ante la gloriosa realidad de que su santo Hijo Jesús está a muy punto de regresar. La predicación de esta gran profecía bíblica en los pulpitos sanos en la fe, está provocando que cada día más y más creyentes se están fortaleciendo en la fe y esperanza del evangelio al unirse en manera maravillosa al gran coro global que clama constantemente: “¡Ven Señor Jesús!” ¡Sí, Maranata, ¡ven Señor Jesús!